Hallan cadáver de adulto mayor en su vivienda

Hallan cadáver de adulto mayor en su vivienda

Álvaro Romero, conocido cariñosamente como ‘cabeza de ñame’, fue hallado sin vida en su residencia ubicada en el barrio La Palma, en la calle que conduce a la iglesia católica, la mañana del miércoles 20 de octubre. Este lamentable hallazgo ha causado conmoción entre los vecinos y conocidos, quienes recuerdan con aprecio a este hombre cuya vida estuvo marcada por su pasión por el deporte, la cultura y su comunidad.

Las autoridades locales acudieron al lugar para realizar el levantamiento del cuerpo, iniciando de inmediato las investigaciones correspondientes. Sin embargo, hasta el momento, las causas de su fallecimiento no han sido esclarecidas, lo que ha generado incertidumbre y especulaciones entre quienes lo conocían.

En su juventud, Álvaro fue un destacado futbolista. Su posición como portero en equipos juveniles del antiguo Parque Infantil lo hizo ganarse el respeto y la admiración de sus compañeros y de los aficionados locales. Sus habilidades en el campo, sumadas a su carisma y entrega, lo convirtieron en una figura muy querida dentro del ámbito deportivo. Aunque con el tiempo dejó de practicar el fútbol de manera activa, siempre conservó el espíritu competitivo y la pasión por los deportes.

En años recientes, Álvaro se destacó como presidente de la Liga de Billar en Sucre, un rol que desempeñó con dedicación y compromiso. Su liderazgo en esta organización fue clave para fomentar el deporte entre las generaciones más jóvenes y para mantener vivo el interés por el billar en la región. Bajo su gestión, se organizaron diversos torneos y actividades que no solo promovieron el talento local, sino que también sirvieron como espacios de encuentro y convivencia para la comunidad.

Romero no solo era conocido por sus logros en el ámbito deportivo. Era un amante del folclor sabanero, una tradición profundamente arraigada en la cultura de la región. En numerosas ocasiones se le veía disfrutando de festivales, bailes y eventos que celebraban la música y las costumbres locales. Su entusiasmo por el folclor no solo reflejaba su amor por sus raíces, sino también su deseo de preservar y transmitir estas tradiciones a las nuevas generaciones.

Sus vecinos y amigos lo describen como una persona alegre, amable y siempre dispuesta a colaborar con quienes lo rodeaban. Su carácter afable y su disposición para ayudar hicieron de Álvaro una figura emblemática en el barrio La Palma. A pesar de los retos que enfrentó a lo largo de su vida, siempre mantuvo una actitud positiva y contagió esa alegría a quienes lo conocían.

La noticia de su fallecimiento ha dejado un vacío en la comunidad. Vecinos, familiares y amigos se han unido para expresar sus condolencias y rendirle homenaje a un hombre que dejó una huella imborrable en sus corazones. A medida que se esperan más detalles sobre las circunstancias de su muerte, muchos se aferran a los recuerdos y las historias compartidas con él, valorando su legado como deportista, líder comunitario y amante de la cultura.

En la memoria de quienes lo conocieron, Álvaro Romero será siempre recordado como un símbolo de dedicación y amor por su tierra. Su partida deja una lección importante sobre la importancia de celebrar la vida y de mantener vivos los lazos comunitarios. Aunque físicamente ya no esté, su legado perdurará en las anécdotas, las risas y los momentos que compartió con todos los que tuvieron la fortuna de cruzarse en su camino.